viernes, 16 de marzo de 2012

No diga que NO, a USTED también le ha pasado

En momentos así se cortaría la lengua, se amarraría las piernas, se comería a si mismo...


¿Cuál es el sentido de casarse con una ofensa y atragantarse con la propia bilis?, mejor sería poner la mente en blanco y pensar en sillas voladoras. ¡Pero no!, en lugar de un desarme pacífico el cuerpo se constriñe como si la tensión pudiera evitar un escape de ira.


Es entonces cuando agradece tener las manos ocupadas y su conciencia civilizada le permite permanecer sentado. Mejor así, al fin y al cabo no quería pelear, ¿o si?


Historieta de Liniers