jueves, 28 de marzo de 2013

Mi querido Saint Joseph

El día que nos fuimos de Saint Joe se sentía la nostalgia en el aire, los árboles que habíamos visto tantas veces en nuestros paseos en carro se volvieron novedad. 


Cuando te acostumbras a la belleza y al exotismo, pierdes la capacidad de sorprenderte. Así pasó con  la anatomía de los árboles. Los viste cambiar de verde a rojo, los viste quedarse calvos, los viste pelados y luego no los viste más.


Hasta que llegamos a ese último día...  Otra vez eran encantadores y nuevos a los ojos.


...


La nostalgia nos permite recuperar la habilidad especial de sorprendernos. Y con esa conciencia, - la de lo que dejábamos atrás -, fuimos nuevos.


Me acuerdo que esa tarde llovió mucho en Saint Joe.









(jugando a dos voces)

martes, 19 de marzo de 2013

Yo y los laxantes.


Una historia que nadie quiere saber,

que yo no quiero contar.

Que da risa.

Que asusta a algunas personas...

sobre todo a .




abstracciones.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Fail

Yo no he probado esto, ¡ni lo probaré!. Pero les aseguro que sabe horrible...

(La ignorancia es atrevida)

miércoles, 6 de marzo de 2013

Estúpidos horóscopos

...entonces entraste a tu restaurante preferido, te sentaste solo en una mesa 'para dos', pediste un café y con un movimiento perfecto (que le debiste aprender a tu papá o a tu abuelo) abriste el periódico en dos...

Te escondiste detrás de las noticias de 'El Tiempo' para confirmar lo mismo de todos los días. Colombia está jodida, 'Millonarios' no se recupera de los 8 goles, el sodoku está tan dificil como siempre, 'Quino' sigue siendo brillante (probablemente es tu parte favorita de la lectura) y según el horóscopo vas a conocer a alguien especial muy pronto (así que mantén los ojos abiertos).

¿Por qué no te quitaste el abrigo, ni el sombrero? (es de mala educación tener sombrero en un restaurante). ...de todos modos te veías bien. Una figura larguirucha y elegante, como sacado de una novela policíaca.

Cuando terminaste, te fuiste, y con tu ida llegó el final de este cuento, porque aunque el horóscopo te lo advirtió -que estuvieras atento- nunca levantaste la mirada.

Había una muchacha sola en una 'mesa para dos', cuchareando su helado mientras pensaba que poner en su libreta, y luego mirándote desde la otra punta del restaurante, y luego escribiéndote un cuento corto, porque tu distracción no dio para uno más largo.


Desde el fin del mundo te envío recuerdos, mi querido extraño. 

!!!

En mi mundo mi gata necesita ortodoncia.

Fin