Esos valles que se te forman en la curvatura de la espalda... Cómo me encantan... Cómo me encantas...
...Ya sabes que a veces tengo ataques de ansiedad, me cuesta controlarme. Perdóname, no quería despertarte, pero es que, cómo me encantas...
Y sé que estás cansada. Yo también estoy cansado... Se me cierran los ojos, pero no se me acaban las ganas.
¡De ti jamás!
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