Personas tan básicas que no entienden la trascendencia de sus propias palabras.
Personas tan básicas que dicen porque sí, porque suena bonito.
Personas tan básicas que no caben ni en sus propios zapatos, mucho menos en los de otros.
Personas que no leen y tienen un obtuso entendimiento de la grandeza.
Personas que se excusan en ser personas.
Personas que no dan ni se dan. Son seres calculadores.
Personas sin gusto ni tacto, sin aspiraciones de plenitud.
Y personas que juzgan a esas personas, porque sólo un egoísta es capaz de identificar otro egoísta.
Sí. Eso es lo que emputa: el mal está en los ojos.
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